Este es mi blog de escritora para lectores del género de fantasía, pero me gustaría que fuera tu blog, lector.
Hagamos un poco de historia:
Llego yo a Internet, con miles y miles de páginas ya escritas y publicándose contenido a diario. ¿Qué es lo que puedo escribir que no se haya escrito ya?
¿Poco? ¿Mucho?
¿Qué te parece si primero nos conocemos?
Leer y escribir son actividades solitarias:
Una de las cosas que me gusta de escribir y leer es que son actividades solitarias, en las que me refugio en mí misma.
No me malinterpretes, creo que en general soy una persona extrovertida, pero también soy reservada. (Ya os había dicho que soy el espíritu de la contradicción).
Que pueda charlar sin morirme de vergüenza con un desconocido, no implica que vaya contando a diestro y siniestro mi vida. En general porque creo que a nadie le importa. No en el sentido borde de la palabra sino en el sentido literal: ¿A quién le puede interesar mi vida a parte de a mis amigos y familiares cercanos?
En realidad, muchos de ellos se sorprendieron ante la noticia porque no conocían mi faceta de escritora.

Diario de una escritora novata sin redes sociales:
Allí estaba yo con un flamante borrador de más de 300 páginas dispuesta a compartir con el mundo mi novela, si es que a alguien le importaba.
Lo primero que hice fue ponerme en contacto con escritores que tienen web, blog y que yo seguía por Internet. Gente a la que admiro, me gustaban sus blogs y sabía que me podían ayudar. El primero de los consejos repetidos hasta la saciedad fue: “Date de alta en las redes sociales, hazte una web y comienza a ser visible ya”.
Yo no tenía web, ni blog, ni redes sociales, ni nada, más allá del WhatsApp (y ni siquiera me gusta).
Tengo una relación muy sana con mi teléfono que me ha permitido sobrevivir a mi trabajo, la maternidad, leer y poder escribir un libro. Soy de las que en el trabajo lo tengo en silencio para que no me molesten.
Antes del viernes ya tengo planificados los fines de semana y si no mejor, así puedo escribir (y apago el teléfono con la intención de que nadie me moleste con mensajes ni llamadas).

El miedo a las redes sociales:
Mi ausencia de redes sociales, hasta la fecha, había sido por varios motivos.
- No quería exponer mi vida personal en Instagram.
- No pensaba que nadie pudiera tener tantos amigos como aparecen en Facebook.
- No deseaba recibir tantos mensajes como los que envía Twitter.
Como un niño que se tapa la nariz para tragar un plato de comida que odia, tapé mi nariz y me di de alta en las redes sociales. Me equivocaba con ellas y descubrí cosas muy interesantes.

Cosas interesantes de las redes sociales:
1. Instagram:
En primer lugar, nadie te pone una pistola en el pecho para que publiques en Instagram tu última foto de la playa en biquini. Y mucho cuidado porque en función a lo que publicas así te sigue un perfil u otro de personas.
Jaume Vicent, que para quien no le conozca es un magnífico escritor además de consultor de marketing y copywriting, tiene un artículo genial en el que habla de esto, en su blog Excentrya: Cómo convertirte en una estrella de las redes sociales siendo un pobre escritor malhumorado. (Si eres escritor, o deseas serlo, la lectura deberías considerarla obligatoria).
No tengo muchos seguidores, pero teniendo en cuenta que todavía no he publicado estoy conforme. Si tienes curiosidad por ver mi Instagram te dejo el enlace aquí.
2. Facebook:
En segundo lugar, cuando me di de alta en Facebook, la plataforma se volvió loca y comenzó a pedirme un montón de gente amistad. Viví un momento de pánico, ya que no sabía porque me pasaba eso. Cuando me tranquilicé y comprobé los perfiles, fui dando de baja las solicitudes que no tenían nada que ver conmigo.
Internet es como la vida real. Cuando sales a la calle no te haces amigo del primero que te encuentras en una parada del autobús, os dais el teléfono y quedáis al día siguiente. Si eres de los que hace eso, ten cuidado que hay mucho loco por ahí. Lo normal es que tengas amigos relacionados con tus intereses, por muy distintos que podáis ser siempre os unirá algo.
Los amigos virtuales pueden y deben ser igual que los amigos reales. Personas a las que te una algo en común.
Yo tengo ahora un montón de amigos virtuales y nos une la literatura. Compartimos enlaces de interés, nos alegramos con la publicación del siguiente libro, nos ayudamos con los problemas de los manuscritos, nos damos consejos. Tal y como en la vida real haces con tus amigos. Estoy en el grupo de El Escritor Emprendedor de Ana González Duque, en el de Molpe también de Ana, en el Celsius y en el de Lecturas Fantásticas: Club de lectura de fantasía juvenil, de Adela Brac.

3. Twitter:
En tercer lugar, en Twitter pasa lo mismo que en Facebook.
Si te haces seguidor de políticos vas a tragar mensajes políticos hasta la arcada.
En mi caso soy seguidora de escritores. Muchos de ellos nóveles como yo, que estamos empezando, que somos autoeditados, que necesitamos apoyo y ánimo. Otros muchos son escritores consagrados que me gustan, editores con los que tal vez jamás trabajaré, pero me divierten sus mensajes y me encantan sus consejos literarios.
Si sigues escritores lo que más tuitean y retuitean son libros, libros y más libros que publican o que recomiendan. Para mí, que me encanta leer, pues estoy encantada.
Eso sí, en Twitter te sientes como si intentases cruzar una autopista de muchos carriles y tú fueras una tortuga. Acostumbrarse al ritmo de los mensajes, o mejor, aprender a ignorarlos es lo mejor. Dicen los expertos que se pueden usar filtros y silenciar palabras, pero si te soy sincera no tengo ni idea de cómo se hace eso.
Me explico. Twitter tiene mensajes constantes. Si coges el teléfono y te pones a mirarlo pues… te presento a uno de los mayores ladrones de tiempo del mundo. Ojo con esto o no podrás hacer ninguna otra actividad en la vida. Hay que ponerse unos horarios para asomar la cabeza por allí.
Yo lo reviso cuando tomo el café de la mañana, el café de después de comer y cuando al final del día puedo sentarme en el sofá a descansar. Si no lo tienes y quieres probarlo debes saber además que si te mencionan expresamente te salta una notificación, así que ya puedes estar tranquilo y seguir con tu vida porque si te escriben, la plataforma te avisa.

4. Otras redes sociales:
Tengo alguna otra red social.
Pinterest es una magnífica herramienta para inspirarte. En ellos puedes ver maravillosas ilustraciones que disparan mi imaginación para proyectos que he terminado, para los que tengo en curso y algunas cosas que me gustan. Te invito a que te des una vuelta por mi Pinterest.
En Estados Unidos muchos escritores usan Tumblr. Yo me he dado de alta, pero todavía estoy dando vueltas por la herramienta para comprenderla mejor y dar con un contenido diferente al resto de mis redes sociales. No creo que sea nada divertido que todo lo que publique se vaya replicando una y otra vez. Supongo que cada red social tiene un público y puedes poner contenidos compartidos, pero lo verdaderamente interesante es dar con la forma de que juntas creen un valor y se complementen unas con otras.

Y ahora la web y el blog:
Tener una web de autor es algo lógico y normal para todos los escritores. Si dais una vuelta por Internet os daréis cuenta que quien no está ahí no existe.
Hay autores que publican con grandes editoriales españolas y se nota que su web las ha hecho la propia editorial. Son webs preciosas, en las que se han debido gastar bastante dinero, y se navega de maravilla. Te permiten conocer al autor, pero solo su faceta de escritor. Básicamente están enfocadas a sus libros. ¿Quién es ese autor? Pues el que ha escrito ese libro o ese otro.
Para los autores autopublicados como yo esto es un poco más complicado.
Si eres, como yo, de los que te encanta leer y crees que una tarde en una librería es un planazo, ya sabrás que hay miles de escritores que primero se hicieron famosos en Internet y luego han escrito un libro. No pienso entrar en el análisis de la calidad literaria de los mismos, pero como negocio es irrebatible. Tienen miles de seguidores en Youtube, que es lo que más de moda está, y las editoriales se los rifan a ellos y, sobre todo, a sus seguidores.

¿Por qué no me ayudas a construir el blog también a tu gusto?
Me gustaría que el blog fuera tan tuyo como mío. En él vas a encontrar información de mis libros y mi trabajo, artículos sobre mis personajes, cosas que me pasan, libros que me gustan, ciudades literarias… ¿Qué te parecería si pudiéramos construir juntos el contenido del blog?
Si me escribes y me dices que es lo que más te gusta yo te daré contenidos que puedan interesarte.

¿Te atreves a escribirme? ¿Te gustaría que decidiéramos juntos algún artículo para el blog?
Te animo a que lo hagas y que esta experiencia sea tan tuya como mía.
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